A diferencia de los conciertos en Latinoamérica, los realizados en el resto del mundo son de primer nivel. Me resulta inevitable hacer una comparación entre ambos, pero lamentablemente esa es nuestra realidad. Les cuento, en Europa los conciertos son programados con meses de anticipación, meses en los cuales las productoras se preocupan de todos los detalles para que todo resulte perfecto y sin mayores percances; pasan semanas completas revisando y coordinando la seguridad del recinto en donde se llevará a cabo el evento, lo cual me parece importantísimo porque se evitan miles y miles de tragedias.Otro aspecto que evalúan es el tema de las vías de acceso, las cuales están capacitadas con muchos operativos de seguridad y mucho orden, lo que conlleva a que sean completamente expeditas, a diferencia de los conciertos de nuestro país en donde el tema de la seguridad y las vías de acceso definitivamente no son nuestro fuerte. Largas esperas y múltiples problemas en la entrada al recinto hacen que tu ida al concierto de tu artista favorito deje de ser 100% agradable y reconfortante.
En otro ámbito, los lugares en donde se desarrollan los conciertos son completamente diferentes a nuestro Club Hípico o nuestra Pista Atlética ya que son arenas completamente capacitadas para conciertos, ofreciendo servicio de baños y puntos de comida a la mano, entonces, ¿Por qué nuestra realidad es tan diferente a la del resto de los países del globo?, ¿Será la falta de compromiso por parte de la intendencia? ¿O simplemente cortar por lo fácil y económico? Eso es lo que muchos pensamos, a la hora de desembolsar tremendas sumas de dinero por una entrada de cancha general a la mierda del mundo como a unos 40 metros del escenario.
Se está pagando demasiado por un servicio que no es el óptimo ni el mejor.
Se está pagando demasiado por un servicio que no es el óptimo ni el mejor.
